De acuerdo al portal www.humanidadescomunidad.unam.mx, la historia legal del voto femenino en México comenzó en diciembre de 1947, cuando se incluyó en la Constitución el derecho de las mujeres a participar en las elecciones municipales. Pero, fue hasta octubre de 1953, durante el sexenio de Miguel Alemán, que ganaron el derecho a votar en elecciones federales. Estos cambios fueron resultado de una larga lucha que data de la Revolución mexicana, cuando las mujeres participaron como espías, enfermeras y difundiendo el ideario revolucionario.
Cuando Adolfo Ruíz Cortines era candidato presidencial en 1952, las mujeres de su partido realizaron una asamblea para demandar igualdad de derechos políticos.
Se justificó jurídicamente el voto de las mujeres, avalando su participación en campañas de alfabetización, para que así lucharan por el incremento de la producción industrial y la resolución de problemas de vivienda, alimentación, vestido y medicinas. Es decir, todo aquello que cotidianamente ya solucionaban las madres de familia, esposas y amas de casa mexicanas.
Con la concesión del derecho al voto se daba respuesta de alguna manera a la inconformidad de las mujeres y al mismo tiempo no afectaba al sistema preestablecido, que consistía en mantener a las mujeres enfocadas en la atención del hogar y la familia.
Además, las mujeres obtuvieron el voto en un contexto en donde no había libertades democráticas.
En 1953 se reconoce el derecho al sufragio femenino gracias a la organización y participación de las mujeres en los foros públicos, pero en la práctica esto se materializó hasta al menos dos décadas después. “Debido a que en la mayoría de los casos seguían siendo los hombres quienes decidían lo que sus esposas hijas o hermanas debían de hacer”.
Se considera que fue hasta los años setenta cuando en realidad las mujeres empezaron a emitir su voto de manera más independiente, ya que en el mundo se daba una revolución ideológica y política como consecuencia de la filosofía de la liberación.
En los años noventa la reivindicación de los derechos fue más allá. Inició la lucha contra la violencia que día a día se ejerce en los hogares. Desde entonces también se persiguen el reconocimiento de la pluralidad, la tolerancia y el respeto. Y durante el siglo XXI, mediante la lucha constante por tener el derecho a votar y ser votada, la mujer ha logrado el reconocimiento pleno de sus derechos. Ganó el derecho formal, mientras que hasta el día de hoy continúa en la práctica la búsqueda de espacios reconocidos dentro de la política nacional.
Con las reformas constitucionales en materia de paridad de género del presente siglo, el principio de paridad de género empieza a materializarse, como en las elecciones federales de 2021. De seguir la tendencia hacia la paridad, esta década podríamos ser testigos de una diferencia de paridad menor al 1% entre hombres y mujeres, para los poderes Legislativo y Ejecutivo, tanto a nivel federal como en las entidades.
En materia de #PoliticasPublicas, en la actualidad sigue siendo un reto lograr la equidad entre hombres y mujeres, como la paridad laboral, para que ellas ganen lo mismo que ellos por desempeñar el mismo trabajo.
Con información de: https://www.humanidadescomunidad.unam.mx/el-voto-de-la-mujer-desde-la-historia-y-la-politica-mexicanas/